Albóndigas en Salsa | Osti Pilotes!!

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Canalla

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Albóndigas en Salsa: el clásico que nunca falla

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Si hay algo que conquista estómagos y corazones por igual, son unas buenas albóndigas en salsa. Pero aquí no venimos a hacerlas «como siempre». No, en esta receta te enseñaremos a prepararlas con ese punto de descaro que eleva lo tradicional a otro nivel.

Imagina esas albóndigas en salsa tiernas, jugosas, con un interior especiado que grita «¡Cómeme!» mientras nadan en una salsa rica, intensa y cargada de personalidad. Y todo esto, hecho con ingredientes sencillos que probablemente ya tienes en casa.

El secreto está en no escatimar en sabor: unas manos pacientes y generosas que trabajen a la par con el pimentón, el brandy que le da ese aire sofisticado (aunque sea de la botella olvidada en el fondo del mueble), y un buen tomate casero que hace toda la magia.

¿El resultado? Albóndigas en salsa que no solo satisfacen, sino que piden pan para no dejar ni rastro de esa salsa, de estas recetas de cocina con tanto show que Freddy Mercury perdería un reloj. Este plato es la prueba definitiva de que lo casero no tiene por qué ser aburrido.

Así que, ponte el delantal, mezcla, sofríe, y prepárate para saborear lo que debería ser el estándar en cualquier mesa donde se respete el arte de comer bien. Y recuerda, aquí no hacemos «albóndigas de la abuela» hacemos Albóndigas en Salsa – Osti Pilotes!! (gracias por estos momentazos Mikel, eres un crack que además ahora es herrero, nuestros dieses desde aquí). Esto es puro rock & roll en tu cocina.

¿Listo para romperla? Pues ve precalentando el apetito, porque después de probar estas albóndigas en salsa, no hay vuelta atrás. 😏

Albóndigas en Salsa y «Soñar Contigo» de Zenet

Si Zenet canta «Soñar contigo», tú vas a soñar con estas albóndigas en salsa. Esta receta y la canción tienen mucho en común: ambas son puro arte, con un fondo que acaricia el alma y un toque que te remata. Mientras remueves la salsa y te arrancas con el “quiero soñar contigo”, ya sabes que esta combinación es de esas que calientan más que el chup chup de la cazuela. Prepárate para un viaje de sabores y acordes que no vas a olvidar. Porque sí, aquí se viene a comer y a sentir buena música mientras cocinas.

Sin valoraciones, ¿te atreves a ser el primero?

¿Qué ingredientes necesito para esta obra maestra?

Porciones para que nadie se quede con hambre
125gr Carne Picada A mi me flipa la mezcla ternera y cerdo!!
22gr Pan Rallado Mézclalo con un poco de ajo en polvo y sube la receta a otro nivel
1Unidad Huevo
3gr Perejil
2gr Sal Suelo cocinar un poco soso, así que dale caña si te apetece
2gr Pimienta
50ml Leche
Harina Para rebozar las albóndigas
Para la Salsa...
3gr Ajo
50gr Cebolla
25gr Pimiento Rojo
100ml Vino Tino Si tienes uno bueno úsalo, la receta está mejor
5ml Brandy Si tienes uno bueno úsalo, la receta está mejor
43gr Tomate Casero Siempre tengo tomate hecho, puedes utilizar cualquier tomate
150ml Caldo Pollo o Verduras
13gr Mantequilla
2gr Pimentón Dulce

Instrucciones para tu momento estelar en la cocina

1.
Pon las manos en la masa (LITERAL!!)
En un cuenco grande (o el que te haya quedado libre), mezcla la carne, el huevo, la leche, el pan rallado, el perejil, la sal y la pimienta. Aquí no hay espacio para remilgos: métele mano como un auténtico chef canalla. Si eres de los que no quieren "ensuciarse las manos", ponte guantes... o déjale esta parte al más valiente de la casa. La clave de estas albóndigas en salsa está en lograr una textura con personalidad: si la mezcla te queda demasiado líquida, échale más pan rallado hasta que tome forma. Si, por el contrario, está tan seca que parece cemento, añade un chorrito de leche. Cuando tengas una masa manejable, empieza a formar tus bolas de gloria. Eso sí, que sean parejas, que luego las impares dan dolores de cabeza.
¡Hecho! Otro paso hacia la gloria culinaria.
2.
Haz bolonchos de nivel épico y pásalos por la sartén
Forma tus bolonchos con amor (o con hambre, que también funciona). Yo soy de los que prefiere albóndigas grandes, como para que te hagan sombra, pero aquí tú decides el tamaño según tu antojo o tu paciencia. Una vez listas, dales un pase de glamour pasándolas por harina, como si les pusieras su traje de gala. Luego, échalas a una sartén con aceite caliente, a fuego medio-fuerte. La misión: dorarlas por fuera hasta que luzcan irresistibles, pero dejando su interior aún crudo y listo para la acción final en el guiso. Cuando estén marcadas y perfectas, resérvalas y déjalas descansar. Se han ganado su momento zen antes de la gloria bendita de estas albóndigas en salsa. 😉
¡Hecho! Otro paso hacia la gloria culinaria.
3.
Salsirri Nivel Pedición
En una cazuela amplia (porque aquí no queremos dramas de espacio), sofríe las verduras con un toque de sal y una pizca generosa de pimentón. Deja que se pochen y suelten todo su potencial sabrosón, mientras tu cocina empieza a oler a puro amor gastronómico. Cuando estén tiernitas, es el momento de darle al glam: añade el vino y el brandy, como si tuvieras un show de cocina en prime time. Deja que todo burbujee al chup-chup durante 10 minutos a fuego medio, para que los sabores se mezclen como un buen grupo de rock en un ensayo. Finalmente, suma el tomate casero y el caldo. Ahora tienes una salsita que empieza a prometer más que un viernes por la noche.
¡Hecho! Otro paso hacia la gloria culinaria.
4.
El Gran Final de los Bolonchos
¿Recuerdas esas albóndigas doraditas del paso 2 que has reservado con amor? Es hora de devolverlas al escenario. Ponlas en la cazuela junto con la salsa gloriosa que ya tienes lista, tapa el asunto y deja que todo se cocine a fuego bajo durante una hora. Sí, UNA HORA. Aquí no se corre, que el sabor bueno lleva su tiempo. Pasado el tiempo (y con el aroma que ahora llena tu cocina), saca las albóndigas con cuidado, porque son las estrellas de este show. Agarra la batidora y dale caña a la salsa hasta que quede cremosa y uniforme, como si fuera la alfombra roja por la que van a desfilar las albóndigas.
¡Hecho! Otro paso hacia la gloria culinaria.
5.
La Traca Final
Aquí viene el golpe de gracia para llevar estas albóndigas al olimpo de la cocina canalla. Añade esa mantequilla con la actitud de quien sabe que está a punto de hacer magia. Mezcla todo hasta que la salsa quede cremosa, brillante y lista para coronar tus albóndigas en salsa como las reinonas de la mesa. Devuelve las albóndigas a la cazuela, deja que se impregnen de esa maravilla y, ahora sí, prepárate para el momento glorioso. Sirve, saborea, y olvídate del mundo. ¡Esto es puro éxtasis gastronómico!
¡Hecho! Otro paso hacia la gloria culinaria.

Los secretos que no cabían en los pasos a seguir

Sólo tienes que tener paciencia para que te quede una receta de 10

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