Solomillo al Pedro Ximénez | «El Teremillo»

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Solomillo al Pedro Ximénez: La Elegancia Canalla en Cada Bocado

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¿Quieres un plato que suene a lujo pero que puedas hacer sin despeinarte? El solomillo al Pedro Ximénez es tu billete directo al paraíso de los sabores. Jugoso, tierno y bañado en una salsa dulce y seductora, este plato no es para los tímidos. Aquí no se viene a improvisar, se viene a triunfar. Imagina el aroma del vino envolviendo cada bocado y la suavidad del solomillo deshaciéndose en tu boca. La combinación del toque ahumado con el dulzor del Pedro Ximénez es puro rock and roll gastronómico.

Si te crees chef de fin de semana, este plato te hará sentir como el rey del banquete. Súper fácil de preparar, pero con resultados dignos de restaurante con estrella (o al menos de aplauso en casa), este solomillo Pedro Ximénez es una apuesta segura para conquistar paladares y egos. ¿El secreto? Una reducción suave y una cocción justa que respete la nobleza de la carne. Al final, tendrás un plato que grita: “Aquí se come bien y con actitud”.

Así que ponte en marcha, afila el cuchillo y prepárate para dominar el arte del solomillo al Pedro Ximénez. Te prometo que, después de probarlo, hasta el brindis te sabrá mejor. ¡Dale caña!

Solomillo Pedro Ximénez y «Sex on Fire» de Kings of Leon

Cuando hablamos de Solomillo al Pedro Ximénez, la sensualidad de cada bocado se siente como un riff pegajoso y envolvente. La salsa, con su toque dulce y sedoso, se mezcla con el solomillo dorado como si fuera el estribillo que no puedes dejar de tararear. Aquí, el “Sex on Fire” de Kings of Leon es más que una canción: es la banda sonora perfecta para este plato que te invita a rendirte al placer.

Cada vez que el solomillo al vino dulce Pedro Ximénez se empapa de esa salsa caliente, es como si las notas de la guitarra se deslizaran por tu paladar, provocando un estallido de sabor que sube de intensidad, igual que el ritmo que explota en el coro. Este plato es pura pasión en el plato, y si hay un momento para dejar que todo arda con estilo, es este. Con cada bocado, te vas a sentir como si estuvieras en el clímax de un concierto épico… o en una cocina llena de rock y fuego.

 

Sin valoraciones, ¿te atreves a ser el primero?

¿Qué ingredientes necesito para esta obra maestra?

Porciones para que nadie se quede con hambre
200gr Solomillo de Cerdo Si quieres de ternera, prepara la cartera
75gr Cebolla
90ml Pedro Ximénez El vino real tesoro del Mercadona, te va de lujo también
125ml Caldo de Pollo
1 Pizca Sal Para salpimentar la carne
1 Pizca Pimenta Negra Para salpimentar la carne
8gr Maizena Disuelta en agua fría o caldo frío

Instrucciones para tu momento estelar en la cocina

1.
Medallones en Marcha, Chef en Acción
Corta el solomillo en medallones como quien reparte tesoros. Salpiméntalos con actitud y dales un buen abrigo de harina. En una sartén bien caliente, márcalos con fuerza hasta que se doren y se pongan firmes, pero no duros. Luego, apártalos con cuidado, que aún tienen que volver a la fiesta.
¡Hecho! Otro paso hacia la gloria culinaria.
2.
La Salsa que Hace Suspirar
En esa sartén donde los medallones hicieron su debut, pocha la cebolla a fuego medio hasta que se ponga tierna y dorada. Deja que absorba todo lo que la carne dejó. Ahora, el momento estelar: desglasa con el Pedro Ximénez y deja que el alcohol se evapore mientras el aroma embriaga la cocina. Añade el caldo y deja que todo burbujee con calma.
¡Hecho! Otro paso hacia la gloria culinaria.
3.
La Salsa se Vuelve Estrella
Disuelve la maizena en agua fría como quien prepara un hechizo y añádela a la salsa. Remueve con suavidad hasta que todo se vuelva una crema sedosa. Si buscas una textura fina, dale caña a la batidora. ¿Demasiado líquida? Un toque más de maizena. ¿Muy espesa? Un chorrito de agua. Tú mandas.
¡Hecho! Otro paso hacia la gloria culinaria.
4.
Medallones en Baño de Gloria
Devuelve los medallones a la sartén y deja que se bañen en esa salsa divina durante unos 5 minutos. Que se impregnen bien, que cada bocado cuente. Luego, emplata con arte y prepárate para disfrutar de un solomillo digno de aplausos. ¡A devorar!
¡Hecho! Otro paso hacia la gloria culinaria.

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